A medida de que los Social Media van capturando presupuestos publicitarios y de marketing –que solían invertirse en TV, radio, diarios, revistas y vía pública–, sus costos van subiendo casi proporcionalmente. Esto es perfectamente entendible, ya que la ley de la oferta y la demanda es implacable y de muy rápida acción cuando se trata de la Internet: ¿se quiere llegar a más gente, o la misma gente a la que muchas otras marcas también quieren contactar? Se paga más. Claro y simple.
Sin embargo, la ya completamente falsa noción de que los Social Media son baratos aun no se ha desvanecido. Se sigue creyendo que la inversión en fans/seguidores y un poco de material de comunicación es suficiente. La realidad muestra, sin lugar a ninguna duda, que las cosas han cambiado.
Esto que sucede es parte del natural ciclo de todo medio de comunicación masivo. No puede esperarse que hacer marketing y publicidad online fuese indefinidamente barato, con el inmenso costo en tecnología y mano de obra que hay detrás de la Internet social.
Nadie espera que una pauta publicitaria en TV –en el programa más exitoso del momento– sea algo barato y fácil de obtener. ¿Por qué habría de ser diferente hacer lo mismo en Facebook o en Twitter?
¿Se quieren resultados? Hay que pagarlos. En los Social Media y en cualquier otro medio.