Cuánta más edad tienen los seguidores de una marca en Twitter, más esperan que sus tweets sean leídos y contestados. La frustración que obtiene esta gente con la falta de respuestas es proporcional a su edad.
Contestar poco o nunca es una lamentable tendencia actual por parte de las compañías con presencia en Twitter. Este comportamiento es un arma de doble filo, porque un cliente molesto por falta de respuesta empeora cualquier problema o duda que tuviera previo a usar Twitter para comunicarse.