Están ocurriendo dos cambios constantes y muy importantes en Facebook:
Primero, hay una métrica básica de Facebook que está decayendo rápidamente: la llegada orgánica. En cualquier página que tenga varios meses de vida se puede notar que la cantidad de gente que recibe las publicaciones ha disminuido bastante. Este es un cambio a nivel de Facebook, que tiene toda una explicación y una serie de tácticas para afrontarlo.
Luego, un cambio más importante y más complejo está sucediendo de forma diaria: la caída natural en el nivel de interacción de las personas con las publicaciones que reciben en su muro de Facebook.
Esto ya no se debe a una decisión discutible tomada por quienes controlan Facebook; es un cambio socio-psicológico de origen natural. La gente, expuesta a una gran cantidad de información durante largos períodos comienza a distanciarse del emisor y del mensaje.
Las personas ven pasar las publicaciones y quizá las leen por completo, o quizá no, pero las comentan menos, las comparten menos y le dan menos «Me Gusta» que en otras épocas.
Al perder la relación entre esas 3 métricas tan claras (claras, pero no necesariamente tan importantes) y la llegada real que se tiene en cada publicación, la sensación –a priori– es que los usuarios de Facebook ya no están tan interesados en lo que la marca comunica. Esto es parcialmente verdadero, ya que el aumento explosivo de la cantidad de información disponible en los muros de las personas tiene, necesariamente, un efecto diluyente en la atención promedio que puede brindarse a cada publicación.
Sin embargo, lo que está sucediendo con mucha fuerza es que las personas están disminuyendo su nivel de participación visible en lo que ven, leen o escuchan; consumen la información, pero de forma cada vez más silenciosa. Esto acarrea un cambio potente en la manera de entender cómo funcionan los Social Media.