Todas las empresas grandes de tecnología -y de otras industrias- están perfeccionando sus métodos para adquirir y ordenar información. Cuánta más ordenada esté la información, más valor tiene poseerla. Y cuánta más información se posea, más oportunidades de usarla se abren. Cantidad y calidad hacen un círculo virtuoso de información, que vale miles de millones de dólares.
Estos notables avances hacia el conocimiento profundo tienen una implicancia decisiva en el futuro del marketing. Toda comunicación se irá haciendo más adaptada al receptor, o se irá haciendo más intrascendente. Las personas tienen una capacidad limitada para procesar información y, naturalmente, retendrán mejor aquella con la que sientan una mejor conexión, que será siempre la que más adecuada a ellos esté.
En este desafío enorme del marketing y la publicidad, el futuro ya está aquí; Amazon, Google, y otras, pueden dar fe que modelar información promocional según el perfil del receptor hace una enorme diferencia en los resultados. Tarde o temprano, esta modalidad de comunicación será cuestión de supervivencia para prácticamente todas las marcas.
Y, contrariamente a lo que pueda pensarse al mirar la eficiencia en aumento de la tecnología, el marketing digital se está haciendo más caro. Los que posterguen mucho el comienzo de su existencia digital, se encontrarán con una sorpresa poco agradable: no podrán pagarlo.
El marketing digital a medida ya es un hecho concreto, y cuanto antes se comience a aprovecharlo, antes se obtendrán resultados (y se evitarán los efectos negativos de no hacerlo).