«Fan» es un reconocido diminutivo de «fanático», que ha sido ampliamente usado en el mundo de los deportes y de la música, mayormente. Sin embargo, dentro de Facebook, es una palabra que implica un compromiso emocional superior al que típicamente puede una persona darle a una marca, personalidad o causa. Por supuesto que mucha gente podría declararse abiertamente fan de Apple, Nike, París o Rod Stewart, pero difícilmente lo serían de una vidriería de barrio, una marca de desinfectante o una funeraria.
A partir de esta brecha entre la implicancia de la palabra Fan y la necesidad de que la gente conecte con cualquier cosa que desee dentro de Facebook, se decidió cambiar «Fan» por «Me Gusta» («Fan» por «Like», en inglés)
A la vez, esto va de la mano con la decreciente exposición que las marcas tienen a su propia comunidad en Facebook, producto del aumento progresivo de la cantidad de «Me Gusta» que la gente va acumulando con el paso del tiempo.
Es más fácil y obtenible un «Me Gusta» que un «Fan» de parte de una persona cuando se la expone a la propuesta de una marca; pero, así como es fácil obtener su «Me Gusta», es igual de difícil obtener su interacción e, incluso, siquiera su mirada sobre lo que la marca publica cada día.
Como no hay lugar para todos en el muro de los usuarios, el algoritmo de Facebook -EdgeRank- va «decidiendo» cuáles actualizaciones serán expuestas a cada usuario y cuáles no, en función de una larga y compleja serie de parámetros.
Al final, los «Fans» son los que realmente interactúan con ciertas marcas, lo que hace que Facebook los mantenga conectados, mientras que al resto de la gente solo les «gusta» una marca, y verán poco o nada de ella en sus muros.